viernes, 29 de agosto de 2008

HUMANISMO Y EDUCACIÓN





Coincidimos en que el Humanismo es una corriente filosófica que ha tenido varia etapas de desarrollo a través de la historia, y el Renacimiento fue una época donde hubo grandes pensadores y genios tanto en aspectos literarios, educativos y artísticos que plasmaron el ideal humano en sus creaciones, desde Miguel Ángel, Leonardo Da Vinci hasta Rousseau, quien ponía al niño en el centro del proceso educativo. En las últimas décadas este pensamiento resurge con fuerza antes la “despersonalización” que se da ante la gran explosión demográfica , la globalización y el auge de la tecnología.

El Humanismo es una corriente que tiene ya tiempo en el sistema educativo mexicano. Ya desde nuestra Constitución se plasman en los primeros artículos el ideal al que aspira nuestro país, y es un ideal humanista, especialmente de acuerdo a lo que especifica en el aspecto educativo el Artículo 3º. Ya el humanismo de José Vasconcelos desarrollaría aun más el ideal mexicano, pues creía posible un milagro educativo donde no quedara lugar sin maestro. José Vasconcelos tuvo influencia de los grandes pensadores y filósofos de la época y rechazaba aspectos del positivismo.

En la reforma educativa de la Educación Básica de 1993 se especificaron aún más temas relacionados al aprendizaje centrado en el alumno y esto mismo continúa en las Reformas educativas actuales, donde es responsabilidad de los educadores lograr que sus alumnos logren el máximo desarrollo de su potencial, respetando y potenciando sus cualidades.
Es cierto que en nuestro país desde hace mucho tiempo vemos que se promueven aspectos de la pedagogía humanista, pero en la realidad no todos los aplican, y en muchas ocasiones los docentes estamos enfrascados totalmente en una didáctica tradicionalista a causa tal vez de la cantidad de alumnos y de trabajo que tenemos sobre todo los maestros que trabajamos por horas, donde nuestros estudiantes pueden se convertirse, de entrada en un número de lista, y no los conocemos por sus apellidos, mucho menos por sus nombres.
En otro aspecto, los docentes y las escuelas en la educación humanista tenemos una enorme responsabilidad, pues debemos lograr que el alumno sienta a la escuela como un segundo hogar, o a veces mejor que aquel, y en la actualidad tenemos enormes desventajas ante la influencia de los medios de comunicación y el ambiente social en el cual muchos valores se han perdido, y se ve un auge de la violencia, como ocurre con nuestro país en la actualidad, igual como se muestra en el ejemplo de la película Freedom Writers.

Aspectos a rescatar del pensamiento humanista:

  • Maestro: El maestro como facilitador del proceso educativo, no experto o director, sino como un conductor, un guía, una persona que logra que en aula se viva un ambiente cálido y de respeto, donde el alumno se sienta libre de expresarse.
  • Alumno: No debemos olvidar ante la carga de trabajo que tenemos que cada uno de nuestros alumnos son personas únicas, con motivaciones y personalidades distintas, y al mismo tiempo son seres merecedores de respeto, libertad, en proceso continuo de crecimiento y desarrollo.
  • Enseñanza: Como docentes tenemos la responsabilidad de planear nuestras clases bajo la premisa de que por medio de el ambiente escolar y las actividades desarrollemos no solamente el contenido de manera individual y social, sino también, los valores se vivan y se asimilen de manera significativa.
  • Aprendizaje: La enseñanza debe ser significativa para el contexto de nuestros alumnos, por lo que debemos preocuparnos por conocerlos. Al verlos además en un contexto holístico, donde nuestra enseñanza no debe ser fragmentada, como docentes tenemos también la responsabilidad de integrar las diferentes asignaturas, especialmente en donde trabajamos por horas y asignaturas diferenciadas, como es a partir de la secundaria, y donde nos resulta más complicado a los maestros conocer y trabajar juntos, no solamente en academias, sino de manera integrada.
  • Estrategia Didáctica: Creemos que resulta adecuado el aprendizaje colaborativo y cooperativo, en particular a través de estrategias como proyectos, estudios de caso, quests que representen retos especialmente diseñados y otros donde alumnos trabajen juntos utilizando sus fortalezas.
  • Evaluación: La evaluación debe ser formativa. Los docentes a pesar de la cantidad de trabajo y otras situaciones personales debemos tratar de utilizar la observación y uso de rúbricas en lo posible para ir conociendo el nivel de avance de nuestros alumnos en aspectos particulares. La autoevaluación y la coevaluación se trasforman, además de ser instrumentos de evaluación, también en instrumentos formadores de la personalidad al permitir el expresar opiniones respetuosas y autoanalizar y autoconocerse los propios alumnos, definiendo sus metas. A este respecto queremos señalar que las pruebas objetivas estandarizadas que se aplican de manera masiva para la “rendición de cuentas”, por ejemplo ENLACE, son exámenes que tienen un función útil, pero que desvirtúan un proceso educativo que en la norma debe ser más humanista y formativo al darle excesiva importancia y promoción a los resultados de conocimientos, creando listados de escuelas “buenas y malas”, sin dar a conocer el contexto de las propias escuelas o verificar los esfuerzos realizados en las propias escuelas en temas como valores.


Fuente consultada:

Mejía, J. (2003). ¡El 8 No Trajo Las Palomitas! Aportes del Paradigma Humanista a la Didáctica de la Comunicación y a la Tecnología Educativa. Razón y palabra, 36. Recuperado el 29 de agosto de 2008, de http://www.cem.itesm.mx/dacs/publicaciones/logos/anteriores/n36/jmejia.html

1 comentario:

Adriana Vasco dijo...

Buenas noches:

Al leer sus participaciones comparto con ustedes la idea de que como filosofia educativa este paradigma es un ideal a seguir e implantar, sin embargo como ustedes lo señalan nos encontramos ante algunas circunstancias que en muchos de los casos no impulsan su aplicación, ejemplo de ello: el número de alumnos en el aula,el cumplimiento de un programa preeestablecido en un periodo determinado, los alumnos que en ocasiones asisten a la escuela por obligación más que por voluntad, aunado a que muchos docentes damos clases en mas de una institución.

Todo ello conlleva a cuestionarse ¿ si realmente la situación escolar imperante en la práctica docente permite que lo mencionado aquí sea llevado a cabo?

He impartido capacitaciones a adultos y he encontrado que con esta población tiene más efectos el enfoque humanista que con los adolescentes, pues con éstos últimos el docente no debe dejar tanto espacio para la libertad ni tampoco ser demasiado exigente.

Buena participación!!!

Atte. Adriana Vasco Terán.